Add parallel Print Page Options

9-10 gritó:

―¿Por qué prestas atención a los que dicen que trato de hacerte daño? Este mismo día comprenderás que no es cierto. El Señor te puso a mi merced aquí en la cueva, y algunos de mis hombres me dijeron que te diera muerte, pero yo no quise, porque me dije: “Jamás le haré daño alguno a mi señor porque es el ungido del Señor”. 11 ¿Ves lo que tengo en la mano? Es el borde de tu manto. Lo corté, pero no te quise matar. ¿No te convence esto de que no estoy tratando de causarte daño y que no he pecado contra ti, aunque tú has estado buscándome para darme muerte?

Read full chapter